lunes, 3 de abril de 2017

Cada envenenamiento mata a 17 ejemplares salvajes

Un informe de Ecologistas en Acción analiza casos de envenenamiento en toda España entre 2010 y 2015 para poner el foco sobre este problema.


Imagen de archivo de dos águilas perdiceras envenenadas.HA

El envenenamiento de fauna salvaje "está muy extendido en España" y no encuentra remedio eficaz desde las distintas administraciones territoriales. Este diagnóstico lo realiza la organización Ecologistas en Acción, que hace unos días presentó un informe en el que da cuenta de los casos más graves de los que ha tenido noticia entre los años 2010 y 2015 en todo el territorio español.


En total, el documento contiene 54 casos de envenenamiento con 927 ejemplares de diferentes especies (aves, lobos, lagartos, etc.) afectados. Una cifra que no contabiliza a las miles de abejas que murieron por uno de estos execrables episodios en la localidad murciana de Calasparra en febrero de 2015, porque entonces estaríamos hablando de miles de ejemplares fallecidos a causa de veneno.

No es la primera vez que la organización ecologista publica este tipo de informe. Ya lo hizo en el lustro 2006-2009 y aquí reside uno de los aspectos más preocupantes de esta problemática: apenas se ha avanzado en su erradicación, de hecho, las cifras han registrado en algunos aspectos un empeoramiento. "El número de casos graves registrados se mantiene en una ratio similar a la del informe precedente", indican desde la organización para añadir que "se han contabilizado un 80% más de animales afectados".

De los 54 casos documentados entre 2010 y 2015, cuatro tuvieron lugar en Aragón, comunidad que es señalada por Ecologistas en Acción como la comunidad en la que más alimoches mueren (unos 430 cada años) en episodios de envenenamiento. Este animal, según la organización, ha perdido el 70% de su población en el valle del Ebro.

Los casos aragoneses

El documento publicado recientemente, además de señalar los agentes venenosos utilizados en cada caso, analiza las circunstancias y las personas o colectivos que están detrás de los mismos y si recibieron una condena de los tribunales o la administración.Los cuatro envenenamientos registrados en Aragón se saldaron con 10 animales afectados. Entre ellos, quebrantahuesos, águilas (perdiceras y reales) o un zorro, entre otros.

Cada episodio tuvo desencadenantes diferentes, entre los que figuran conflictos agroganaderos, columbicultura, ganadería o caza.

El primer caso documentado en Aragón en el periodo de referencia tuvo lugar en Abizanda (Huesca), en febrero de 2010. Se utilizaron diazinón y bromadiolona y el animal afectado fue un quebrantahuesos. Un año más tarde, en marzo de 2011, varias personas utilizaron carbofurano en un campo de Valmadrid (Zaragoza) para acabar con dos águilas perdiceras y un zorro. Este fue el único episodio aragonés con castigo en los tribunales, algo que tuvo lugar en abril de 2013. También en 2011, en el mes de julio, fue localizado un quebrantahuesos envenenado con permetrina en Villanúa. El caso se asoció con la ganadería.

El episodio más mortífero en la Comunidad tuvo lugar en enero de 2013 en la localidad oscense de Torrente de Cinca. Cinco águilas reales fueron envenenadas con un compuesto llamado aldicarb. El caso fue asociado con la caza y, según consta en el documento de Ecologistas en Acción, la misma semana hubo en Torrente otros dos episodios más de envenenamiento.

Huesca es la provincia aragonesa con más casos. De acuerdo con el análisis realizado por la organización ecologista, mientras que la situación a nivel nacional se ha mantenido invariable, o ha empeorado en algunos casos, en los últimos años, en Aragón se ha tenido noticia de menos casos. Aunque en este sentido hay que resaltar que, de acuerdo con Ecologistas en Acción, solo una parte de los envenenamientos salen a la luz. Castilla y León y Castilla-La Mancha concentran la mayoría de los casos.

"Las especies objetivo del veneno en España varían ostensiblemente dependiendo de la problemática asociada, desde potenciales predadores de especies cinegéticas (zorros, mustélidos, rapaces…) en cotos de caza menor, hasta osos y lobos (también frecuentemente perros de caza o asilvestrados) en sectores con gran implantación de los usos ganaderos", valora el informe.

"Las administraciones competentes deben mostrar una voluntad decidida de combatir el uso del veneno", sentencian desde Ecologistas en Acción. Se trata de una conducta delictiva, añaden, que debe perseguirse con todos los medios. Añaden que las autonomías deben elaborar estrategias de actuación y destinar medios humanos y materiales. En cuanto a la Justicia, advierten de que es necesaria mayor implicación y condenas más duras.