Se les imputa un delito contra la fauna, especialmente grave, ya que el oso es una especie en peligro de extinción.
El suceso ocurrió el pasado 26 de agosto cuando un joven macho de unos 5 años y más de 100 kilos quedaba atrapado en un lazo furtivo a escasos 200 metros del pueblo. El oso moría poco después en el proceso de rescate coordinado por técnicos de la consejería.
La autopsia determinó que su muerte se debió a una infección bacteriana favorecida por el estrés que sufrió el plantígrado al intentar zafarse de la trampa ilegal. Era el primer oso muerto en un lazo en los últimos 20 años.
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