jueves, 25 de noviembre de 2010

Castilla y León tramita un plan de lucha contra los cebos en el entorno natural

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León tiene entre manos la tramitación de un Plan contra la lacra de los venenos, denominada «Estrategia regional de Castilla y León para la lucha contra el uso de cebos envenenados en el medio natural». 
Desde la Consejería de Medio Ambiente precisaron ayer que ya han sido recibidas las alegaciones pertinentes al documento. Dicho texto normativo seguirá su curso para entrar en vigor, primeramente con su estudio por el Consejo Asesor de Medio Ambiente y, finalmente, con su aprobación por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León, que se reúne todos los jueves. Puntualizaron al respecto, en Medio Ambiente, que son dos fases con periodos más breves que las anteriores, aunque todavía no se puede concretar la conclusión.
En dicho Plan se pone de manifiesto claramente que «el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural constituye una de las prácticas más lesivas para la conservación y supervivencia de numerosas especies de la fauna silvestre, muchas de ellas amenazadas y algunas incluso en peligro de extinción».
También señala que tales episodios de envenenamiento «justifican que las administraciones públicas con competencia en la materia hayan adoptado diferentes medidas dirigidas a la erradicación de esta práctica». Apunta en el texto del Plan que «ante un recrudecimiento del problema se ha producido en la última década una fuerte reacción, impulsada en 1998 con la creación del Programa Antídoto por parte de algunas de las principales ONG conservacionistas del país y por las administraciones del Estado y de las comunidades autónomas».
Previamente, en 1997, se había creado un Grupo de Trabajo de Ecotoxicología en el seno del Comité de Flora y Fauna. El 23 de septiembre de 2004 la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza aprobó en Madrid la «Estrategia Nacional contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural», que definió como objetivos básicos facilitar la información y mejora del conocimiento, la prevención y disuasión del uso de cebos envenenados y la persecución del delito.
Esa Estrategia se erigió en instrumento inspirador de los diferentes planes y estrategias autonómicas en la materia.

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