09/03/2010 Leer artículo en La Crónica de Badajoz
En el último lustro se han abierto una media de entre 25 y 30 expedientes anuales por el uso de venenos contra especies protegidas, según datos de la Junta. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil intervino el año pasado en 10 casos y cuatro detenciones por envenenamiento de animales. Pero los agentes de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente trabajaron en otros 36 episodios. En total, se hallaron 65 ejemplares muertos, 44 de ellos aves protegidas y el resto, perros que habían ingerido carne envenenada.
"Lo más preocupante es que el caso de Siruela se haya destapado casi por casualidad, gracias a la existencia de un localizador en un alimoche", advierte el representante de SEO/BirdLife, ya que el uso de venenos es la principal causa de muerte en especies tan amenazadas como el milano real o el propio alimoche.
La delegada del Gobierno, Carmen Pereira, manifestó ayer que ni el Seprona ni el programa de Especies Protegidas tienen datos sobre un envenenamiento masivo de aves rapaces como el del pasado fin de semana en Siruela. Sin embargo, en el 2006 los ecologistas pusieron en conocimiento de las autoridades el hallazgo de ocho buitres negros y leonados posiblemente envenenados en la localidad cacereña de Carrascalejo. Además, SEO/BirdLife recuerda otros episodios similares en la sierra de San Pedro, con buitres negros afectados y la actividad ganadera como responsable.
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